Háblame de la emigración

Magdalena emigró a Venezuela con sus padres cuando apenas contaba con un año de edad, en 1951. Eran gente campesina en Cataluña. Se vieron motivados a marchar al estallar la Guerra de Corea, porque su padre ya había vivido dos guerras, la segunda mundial y la española, y tenía miedo de verse involucrado de nuevo en una tercera.
Venezuela, el país de destino, estaba en aquel momento gobernada por el dictador Pérez Jiménez, quien tenía una política de creación de empleo en la construcción para emigrantes, lo que propició que entrasen en el país.
Una vez allí, viviendo en una pensión, montaron un puesto en el mercado, donde vendían aliños. Magdalena se pasaba allí las horas con ellos, era la forma de que se ganasen la vida. Fueron tiempos duros.
La caída del dictador no trajo buenas noticias para la emigración, analiza Magdalena, empezaron a surgir guerrillas contra los emigrantes y ellos incluso tuvieron que permanecer agachados una temporada, siendo una vecina quien les llevaba alimentos. Finalmente consiguieron escapar a Chacao, una zona más tranquila, y allí montaron su negocio, una tienda.
Magdalena enseguida dejó sus estudios para ponerse a trabajar, pero al quedarse embarazada la echaron. Años más tarde, divorciada, volvió a encontrar trabajo, pero la situación familiar se empezó a complicar al morir su padre y su madre enfermar. No había muchos recursos en el país para curarla, así que tuvieron que optar por regresar a España. La situación económica y política en Venezuela estaba mal, su hija había sido secuestrada y atracada en varias ocasiones. Ourense las acogió a las tres: a abuela, madre e hija, donde todavía conservaban familia.
La vuelta les ha resultado dura, nuevo país, nueva ciudad, nuevas costumbres, nuevo clima y otras circunstancias que se fueron dando, como que su hija aún no ha podido encontrar trabajo o que ella no tiene derecho a pensión fuera de Venezuela según las políticas actuales del país sudamericano. Lo importante es que aquí sí cuentan con recursos médicos para su madre.