Háblame de la emigración

Carmen emigró a Suiza con 25 años, dejando aquí un niño de 3 años y una niña de 11 meses, porque su marido llevaba allí dos años.
Se marchó sin contrato de trabajo, pero sabiendo donde se podía emplear. A su llegada trabajó como limpiadora en casas del personal de un hospital. Al año se cambió para el propio hospital, lo que supuso una mejora económica. Su estancia en Suiza le permitió conocer a mucha gente de diferentes culturas y religiones, además de aprender italiano gracias a una niña italiana que vivía en su casa.
A los 3 años regresó a Galicia porque sus hijos empezaban el colegio, y con el dinero ganado en Suiza pudo montar una tienda en Viveiro.

Con compañeras de trabajo
Comida con amigos