Háblame de la emigración

En 1970 Digna emprendió rumbo a Suiza en tren, junto con su marido, José Antonio Tejeiro. Su vivencia fue muy triste porque emigraron en Navidad, dejando aquí una hija.
A su llegada a la estación los esperaba una española, que los acompañó al lugar donde iban a vivir. El matrimonio se marchó de Galicia con un contrato de trabajo de cocineros. Como anécdota, Digna cuenta que para su marido y ella preparaban las costillitas y las ensaladas como lo hacían aquí, y cuando su jefe las probó quiso siempre que se las preparasen de aquella manera.
Digna guarda muy buenos recuerdos de aquella época. El día de su aniversario el 9 de febrero, cuando llevaban allí solo dos meses, sus compañeros les hicieron un regalo, y Digna se emocionó mucho con aquel detalle, porque aquí nunca le habían hecho nada igual. En Suiza tenían muy presente los aniversarios.
Su segundo hijo nació allí. Debido a problemas con otros embarazos, tuvieron que hacerle una ecografía, algo que aquí aún no existía, y su marido pudo estar presente en el parto (en España, en esa época, esto era inviable). Se comunicaba por carta con la hija que vivía aquí al principio, y, después, por teléfono. Una vez al mes la llamaban al teléfono de una tienda para hablar con ella, ya que aún no había teléfonos en las casas. Su regreso para su hija fue negativo, ya que su abuela, con quien vivía, la tenía muy consentida.
Como anécdota simpática Digna cuenta que, por no conocer bien el idioma, un día compraron crema de afeitar en lugar de pasta de dientes.

Carta de recomendación
Contrato de trabajo
Visita al museo de Zurich
Celebración de fin de año
De paseo con su marido