Háblame de la emigración

Pepe nació en Cans, O Porriño (Pontevedra) en 1953. Sus padres emigraron a Venezuela en busca de trabajo y mejores oportunidades, mientras él y su hermana quedaban a cargo de los abuelos. Al cabo de un tiempo, cuando sus padres consiguieron establecerse en el país, llevaron con ellos a los niños. Pepe tenía entonces once años y su hermana, siete.

Pepe se adaptó al país sin dificultades, debido a su corta edad y al gran número de españoles que residían allí. Pronto empezó a trabajar, desde los dieciséis años se dedicó a vender aparatos electrónicos y a reparar televisores. En aquel tiempo la comunicación con el resto de la familia que residía aquí era a través de cartas, y más tarde, con el avance de la tecnología, se pudo comprar un teléfono con el que llamaba al bar de la aldea para hablar con los suyos.

En 1981 se casó con la hija de unos emigrantes de Celanova (Ourense), y tuvo dos hijos de los que se siente muy orgulloso: su hijo se marchó a Chile para hacer un master y continúa residiendo allí, y su hija es profesora en un colegio de Caracas. Pepe sigue viviendo en Venezuela, y en la actualidad trabaja como taxista privado por encarga, debido a la inseguridad que hay en el país.

Pepe siente mucha nostalgia por su tierra y por la familia que reside aquí. Sus padres regresaran en el momento de su jubilación, pero él ya tenía allí su vida. Ahora sabe que no puede ser, ya que su familia está establecida en aquel lado del océano y él tiene un trabajo y una vivienda que no puede abandonar. A pesar de eso, Pepe se permite venir un par de meses al año para pasar las vacaciones en su aldea natal, y su máxima ilusión sería volver a Galicia definitivamente.