Háblame de la emigración

Esta es la historia de un ferrolano llamado Vicente Naveiras Castro, que viene siendo mi bisabuelo. Nació en el año 1896 y falleció en el año 1961, a los 65 años.

Cuando tenía 20 años, decidió emigrar a Argentina porque entonces no encontraba trabajo en su ciudad y no quería hacer el Servicio Militar, que en aquellos tiempos se hacía en unos tres años. Él prefería ir a buscar trabajo aunque fuese a miles de kilómetros.

Pero en su emigración no estuvo sólo, puesto que su hermano se fue con él, y los dos embarcaron mar adelante hacia un país que no conocían.

Después de llegar a Argentina, encontró trabajo como taxista, oficio que no tenía nada que ver con los taxistas de hoy en día. En aquellos tiempos su vehículo era un carro con un caballo, que él dirigía.

Después de un tiempo en Argentina, quiso probar suerte en Paraguay y Uruguay, donde trabajaba también de taxista, aunque en estos dos países estuvo poco tiempo, volviendo de nuevo a Argentina.

A los ocho años de estar allí, pensó que era mejor volver a España y pensar en buscar trabajo, casarse y formar una familia. Tenía 28 años y estaba en tiempo de emparentar.

Así lo hizo, regresó a España y al poco tiempo encuentró novia y se casó. Pero a la vuelta a su país no fue coma él esperaba, ya que volvió sólo, dejando en Argentina a su hermano, al que estaba muy unido y al que echaría mucho de menos. La prueba fue que nunca perdieron el contacto, y su forma de comunicarse era por carta, más o menos una vez al mes. Se apreciaban mucho.

Él contaba que su experiencia fue muy beneficiosa, y se adaptó muy bien, aunque sentía morriña por su tierra y tarde o temprano sabía que volvería.

Se decidió a regresar porque, ocho años después de emigrar, el trabajo en Ferrol estaba en auge, y sabía que entonces si encontraría donde ganar el pan al lado de su casa. Y así fue, entró a trabajar en el astillero de su ciudad, en aquellos tiempos llamado Bazán. Y pasó el tiempo y fueron naciendo los hijos, siempre vinculados al país que acogió a  su padre porque allí aún vivía y trabajaba su tío, con lo que continuó en comunicación postal hasta que falleció mi bisabuelo.

Después de su fallecimiento todo cambió y se cortó toda relación con su hermano. Las causas exactas las desconozco, aunque tengo entendido que fueron ajenas a ambas partes.

Al poco de fallecer su bisabuelo, mi abuelo, hijo de Vicente y con el mismo nombre, sus hermanos y su madre tenían que hacer el reparto de una herencia que era propiedad de mi bisabuelo y de su hermano, pero, al no tener contacto, tuvieron que buscar la manera de localizarlo. 

Entonces pusieron un anuncio en la prensa de la localidad donde vivía su hermano para intentar dar con él, pero fue en vano, no dio señales de vida. Por eso mi abuelo y su familia tuvieron que esperar diez años para que diesen por fallecido a mi tío-bisabuelo y poder repartir la herencia.