Háblame de la emigración

Carmen y su marido emigraron a Róterdam al poco tiempo de casar. Influyó en su elección de destino que su tío ya llevaba tiempo trabajando allí y se encontraba a gusto. Al llegar se instalaron en una pensión con otros españoles. El marido de Carmen encontró trabajo, al poco tiemo de llegar, en un hospital en el servicio de mantenimiento eléctrico. Ella empezaría después en la lavandería del hotel Hilton, donde había muchos gallegos. Un mes después de la llegada se fueron a vivir a un apartamento pequeño y, después, al nacer su primera hija, en una vivienda más grande. Comenta Carmen que “el ayuntamiento facilitaba los alquileres a precios económicos”.

En poco tiempo encontró un trabajo mejor remunerado en unos grandes almacenes y a continuación en un taller de costura que era su profesión. Sus compañeras le ayudaban con el idioma: “Eran compañeras y amigas”. Al nacer su hija se dedica a su cuidado hasta que cumple tres años. Su marido, encontrara trabajo como profesor de español lo que le daba una tranquilidad económica, que les permite tomar la decisión de centrarse en la crianza de su hija. Una vez que la niña tiene tres años, Carmen se incorpora al mundo laboral, en esta ocasión en la fabrica de Nestle. Se relacionaban con muchos gallegos, la mayoría encontraran allí trabajo en el sector de limpiezas y mantenimiento. Recuerda que la sociedad no tenía nada que ver con lo que se vivía en Galicia. Allí había democracia, distintos partidos políticos, elecciones, la forma de vida, sobre todo de las mujeres no tenía nada que ver con lo que ella dejara en su aldea.

La juventud tenía muchas posibildades para estudiar, el gobierno les facilitaba viviendas y bolsas de estudio. Holanda contaba con grandes infraestructuras y vías de comunicación que facilitaban los desprazamientos. L gente tenía mucho apego al trabajo y se sentían responsables de la mejora de la empresa.

En 1972 deciden regresar, a su marido le ofrecen trabajo como profesor, y aunque saben que el salario va a ser más bajo, vuelven pensando en la educación en España para sus hijas. Carmen volve a su taller de costura y tiene mucho trabajo como gran profesional que es.

Siente añoranza por Róterdam, que allí dejó grandes amistades, que fue una etapa de su vida preciosa que disfrutó mucho! Siempre se sintió muy querida.