Háblame de la emigración

En 1961 Ángel trabajaba como vendedor en unos conocidos almacenes compostelanos. Tenía un buen trabajo y bien remunerado, pero, como era una persona inquieta y muy activa culturalmente, tuvo la idea de estudiar inglés por correspondencia. Con 27 años se inscribió en un encuentro con Inglaterra que organizaba la Universidad de Santiago, y así fue como el 27 de mayo del 61 a las 22.00 h de la noche cogió un tren a Medina del Campo, luego hasta Irún, y después hasta París para, finalmente, cruzar el Canal de la Mancha. Así llegó a la Estación Victoria de Londres tras cuatro días de viaje.

Empezó trabajando en un restaurante lavando platos y sirviendo mesas, pero pronto cambió de trabajo, pasando por varios hoteles. En aquella época había muchas posibilidades profesionales y con mejores condiciones que aquí, era fácil cambiar de lugar de trabajo, algo que hizo de forma muy recurrente. Pedir la cuenta y dejar un trabajo para encontrar otro al día siguiente era de lo más normal.

Ángel volvía cada año y medio a Galicia, y en uno de esos viajes de retorno compró un terreno. Así decidió volver y construir una casa, y de este modo comenzó una nueva etapa en Galicia como empresario de la construcción. Para él la emigración fue una experiencia vital muy enriquecedora.

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